Raimundo Viejo Viñas

Profesor, autor, traductor, editor, ciudadano activo y mucho más.

Dic

24

Mieres


Mis primeros años de vida discurrieron, por causa del trabajo de mi padre, en la cuenca minera de Mieres. Apenas albergo una memoria directa de aquel tiempo. Mis recuerdos de entonces son imágenes borrosas, descontextualizadas, inconexas; momentos fugaces de un mundo en el que la conciencia se iba formando en mi. Fotografías como esta serie de una visita a Hunosa, donde trabajaba mi padre (me) documentan que estuve allí, pero nunca han formado parte de mi banco cerebral de imágenes, esa ínfima selección de gifs con los que arrancan nuestros primeros años de vida. De aquellas visitas a las instalaciones mineras las únicas imágenes que he alcanzado a conservar en mi son las del agua ennegrecida saliendo por debajo de la puerta de las duchas de los mineros y escurriéndose por el suelo hasta el desagüe en un ambiente de vapor y contornos borrosos. La persistencia en mi mente de aquellas imágenes en modo alguno me garantiza su autenticidad, claro. Incluso si sé que están en mi mente, tampoco puedo estar seguro de nada más (quizá son de otro contexto y las asocio a entonces… por trampas que nos hagamos va a ser!). Pero por algún motivo es lo que logro seguir extrayendo de mis neuronas y sinapsis a pesar del paso del tiempo. Quien sabe si algún día aflorarán de mi maraña neuronal otras micropelículas psiquedélicas. Con los años sucede y son preciosísimos regresos. Por ahora atesoro estas con máximo cuidado. En ella se conservan los primeros rastros arqueológicos de conciencia en este que os escribe.