Raimundo Viejo Viñas

Profesor, autor, traductor, editor, ciudadano activo y mucho más.

Jun

08

[ es ] Entre el kubotán y la pared


Artículo publicado en Diagonal, nº 56. 7 – 20 junio. Accesible directamente en la web del periódico clicando aquí.

La reciente polémica sobre la utilización del «kubotán» ha vuelto a poner en el punto de mira al Conseller de Interior i Relacions Institucionals, Joan Saura. El alineamiento inequívoco del líder de Iniciativa per Catalunya-Els Verds con el cuerpo policial no ha sorprendido. De hecho, todavía están presentes los ecos de su papel ante la detención de Núria Pòrtulas, en prisión estrictamente por sus ideas políticas.

El nombramiento de Joan Saura, sin embargo, sí constituyó toda una sorpresa en su momento. Fruto de una negociación entre las cúpulas del tripartito, el ascenso a una cartera de primera rompió con los que habían sido hasta entonces ámbitos preferenciales de intervención de ICV (políticas sociales y medioambientales).

La promoción de Saura constituye todo un ejemplo de hipoteca de los intereses de la organización a la carrera personal del líder: comenzando por la carencia de personal cualificado para el desempeño de las responsabilidades de gobierno, el distanciamiento de unas bases carentes de criterios de enjuiciamiento de las decisiones del conseller, etc. Y todo ello en una posición de partida particularmente favorable (en el tripartito, sólo ICV había subido en votos y escaños).

Y es que Joan Saura encaja bien con un cierto perfil de político que se ha asentado en las democracias liberales desde hace algunos años y del que Joschka Fischer, ex vicecanciller y ex ministro de Alemania, constituye su mejor ejemplo. A la manera de éste, Saura gusta de la Realpolitik, esto es, de la moderación pragmática de las propuestas de los movimientos que aspira a representar, sin por ello renunciar al mayor margen de maniobra posible dentro de las lógicas institucionales del gobierno representativo.

Este primer rasgo del perfil político de Joan Saura no es concebible sin la complementariedad existente entre su biografía y el proyecto sobre el que se asienta su carrera. Saura es un ejemplo de político profesional que ejerce puestos de representación desde antes de la treintena y que desconoce prácticamente todo acerca del activismo en los movimientos.

Más allá de una efímera participación en los movimientos sindical y vecinal en los ‘70, la suya ha sido siempre una actividad centrada entre el partido, las instituciones y los medios. Saura ha crecido en la trayectoria que conduce al PSUC del eurocomunismo al eco-pacifismo de ICV, es decir, en la creación de una organización que rompe con el modelo del partido-comunidad, característico del movimiento obrero, para transformarse en el partido-marca, propio de la política del espectáculo. Es un prototipo de la nueva «clase» política que se constituye en la lógica que configura la tríada partido/instituciones/ medios. Sus éxitos, no menos que sus fracasos, siempre tendrán su origen en este particular espacio de la representación.

Aquí es, precisamente, donde cabría pensar sus últimas y polémicas actuaciones, así como los costes que ya ha comenzado a tener su carrera política para la organización que le sostiene. Resulta difícil imaginar que los meses que lleva Saura en Interior no hayan tenido su efecto sobre la candidatura de su compañera, Inma Mayol, en las municipales. La oposición de ICV a la ordenanza cívica ha pesado bien poco en la imagen que se hubiera querido presentar al electorado.

Las campañas por la liberación de Núria o contra el «kubotán», con independencia de los usos partidistas que se han entrecruzado en el debate, han incidido sobre un votante sensible a los derechos y libertades civiles. A la vista de la situación, no parece que en los cálculos de Saura entre actualmente otra relación con los movimientos. Dispone para ello de una base electoral autoritaria criada en la disciplina de la fábrica, por más que no deje de hipotecar el futuro de ICV como interfaz representativo de los movimientos.

Comment ( 1 )

  • Cuando se está de oposición es muy fácil llevarse bien con los movimientos sociales y hacer politica de pancartismo.<BR/>Una vez llega al poder, la izquierda se olvida de los movimientos que tanto le ayudaron anteriormente a desbancar a la derecha.<BR/>Un caso bien ejemplar es el del PSOE con el señor de "los trágicos accidentes". Era muy bonito todo en la oposición y cooperar con Nunca Máis o

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