Catalunya ingobernábel

Vuelvo a mi columna de los martes en Luzes, esta semana con la tercera etapa del «galeusca electoral». Turno para el Parlament, que se elige este domingo. A estas alturas, superado el ecuador de la campaña, empiezan a observarse algunas constantes: recuperación del bipartidismo del 78, PSC/Junts (antes CiU), fragmentación del sistema de partidos que ve cómo probablemente se incorpore una ultraderecha independentista, caída de ERC tras su paso por el Govern y difícil encaje de las fuerzas subalternizadas.

Con todo, a la espera de que se confirme la tendencia que experimentamos desde hace ya un lustro (retorno a los equilibrios del 78), aún queda un trecho por cubrir para que volvamos a los escenarios del Pujolismo. Sea cual sea el resultado el domingo, de hecho, Salvador Illa, probable ganador, se las va a ver y desear para formar gobierno bajo el imperativo de conciliar al menos la confluencia de tres fuerzas políticas o un improbable acuerdo de gran coalición con Puigdemont.

Así las cosas, la aritmética postelectoral promete ser un quebradero de cabeza; tanto más por cuanto en estas elecciones, luego del triple aplazamiento de los presupuestos, y en la antesala de las elecciones europeas, son también los gobiernos de Barcelona y España los que requerirán de ser integrados en una estrategia general.

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