Raimundo Viejo Viñas

Profesor, autor, traductor, editor, ciudadano activo y mucho más.

Nov

10

Neoliberalismo, necroliberalismo, ecofascismo


A raíz de un tuit, G. F. V., politólogo y sin embargo amigo, me preguntó el otro día: ¿a qué te refieres exactamente con ecofascismo?

Voy a intentar responder de un tirón, consciente de que sería siempre precisa una práctica teórica más elaborada y exigente. En primer lugar voy a resituar la tríada conceptual: neoliberalismo, necroliberalismo y ecofascismo. Seguidamente voy a concentrarme más en dar respuesta a la pregunta indicada.

Una tríada conceptual para la crisis de la democratización

El triunfo de Trump y el vértigo de cuatro años de una legislatura infame en la superpotencia americana me han llevado a pensar por un momento en el principal motivo que me llevó hace algún tiempo a escribir un artículo en el que proponía el concepto necroliberalismo. Las razones de entonces  creo que siguen más vigentes que nunca. Basta con pensar lo que vino a verificarse después con el ascenso de las extremas derechas y los triunfos electorales de Bolsonaro, Meloni, Milei, etc. Penúltimo episodio, Trump.

Por precisar: en marzo de 2022, cuando escribí el artículo, se trataba de constatar, por una parte, que en el contexto del colapso neoliberal había una nueva mutación en la matriz liberal en curso y que iba más allá del propio neoliberalismo. Sin abandonar la matriz teórica del individualismo posesivo un día diseccionada por Macpherson, ahora los neoliberales llevaban su discurso más allá de sus límites originales, obligando con ello a la metamorfosis del neoliberalismo en otra cosa.

Por la otra parte, al conceptualizar esta mutación en curso de la matriz liberal, me planteaba la urgencia de introducir un horizonte de sentido en lo que estamos viviendo y, dentro de este, constatar el desplazamiento, inviabilidad y fin, por segunda vez tras el periodo de Entreguerras, de la gramática del individualismo posesivo, abocada a un fracaso que la victoria de Trump ya ha puesto en nombre de los grandes medios y opinadores: lo que acaba en esta elección no es el Estado de bienestar, liquidado a partir de Reagan en 1980, sino la idea de que la democracia liberal podía sobrevivirlo como un nuevo paradigma de acuerdo al cual, el Estado debía retirarse allí donde podía avanzar la mercantilización del mundo de la vida

Va de suyo que las situaciones históricas no son comparables, pero sí que es posible y necesario analizar esa proclividad del liberalismo hacia el fascismo cuando en el horizonte se presenta el gobierno de la excepción. En esto siempre hemos de tener muy presente aquello de Poulantzas: «el fascismo no es más que el capitalismo bajo el estado de excepción». A día de hoy sigue siendo un autor clave para poder diseccionar el autoritarismo emergente de nuestros días.

¿Qué es entonces ecofascismo?

Vayamos al grano, pues. Por ecofascismo entiendo, básicamente, un estadio o «futuro régimen de poder» hacia el que se orienta la élite global («el 1%») de forma estratégica por medio del necroliberalismo. Si desde finales de los sesenta se replanteó como estrategia a medio plazo la mutación neoliberal en el seno del colapso del ordoliberalismo, mutatis mutandis en el colapso en curso del neoliberalismo, el necroliberalismo se presenta ya como praxis mutante que encara un horizonte futuro.

Pero ojo aquí con los desplazamientos y las lecciones de la Historia.

El necroliberalismo, en tanto que mutación del neoliberalismo que se ha desentendido de la vida (lleva a sus últimas consecuencias el «yo-desvinculado» o unencumbered self de Sandel), viene a ser la fase de transición en la que nos encontramos inmersos (muy visible en la emergencia de las extremas derechas necroliberales en todo el mundo y muy especialmente en Europa por influencia del trumpismo). El necroliberalismo ya no atiende a la exigencia de una mayor eficiencia en la universalidad frente a los reformismos socialdemócrata, democristano, eurocomunista, etc., sino en la privación directa hasta el riesgo de muerte (privación de servicios básicos de Milei), cuando no la muerte misma (genocidio de Netanyahu).

En el ecofascismo la vida no solo se ha vuelto contingente gracias a la labor política previa del necroliberalismo, sino que la consciencia de la insostenibilidad del planeta instancia el exterminio de poblaciones enteras, consideradas inferiores (siguiendo con el ejemplo, lo que pueda surgir en Israel cuando se haya finalizado con el pueblo palestino).

La transición al ecofascismo

Creo que en el paso del necroliberalismo al ecofascismo se va a operar una segunda mutación: el primero solo actúa como fuerza reaccionaria que habita el neoliberalismo alimentándose como contramovimiento reaccionario que es de las distintas resistencias antagonistas que pueda detectar en cada movimiento social. Pero, a la par, desde dentro, el necroliberalismo desplaza el horizonte del neoliberalismo hacia el ecofascismo gracias a la contingencia de la vida.

De esta suerte el ecofascismo irá adquiriendo fuerza cuando el necroliberalismo vaya cumpliendo su labor y sobre esta se pueda el primero erigir con una determinación de regeneración ecológica y apropiación de recursos que requiere para su realización el exterminio de poblaciones enteras.

No es difícil establecer a partir de aquí una genealogía que se traza en los antecedentes nazi, la deep ecology y otros.