Vinícius y la olla a presión capitalista

El caso de Vinicius, acontecido en plena campaña electoral, ha sido la gota que colma el vaso. El racismo ha aflorado con inequívoca claridad, pero siempre ha estado ahí. España es un país racista, exactamente igual que es un país capitalista o heteropatriarcal. Podemos y sería deseable que estuviésemos todxs en contra. Pero lo cierto es que el racismo forma parte de la sociedad española de antiguo. No es nada nuevo, aunque la educación del régimen se haya encargado bien de ocultar episodios como, por ejemplo, la Gran Redada acometida contra los gitanos. Esto por no hablar, claro, del régimen colonial, el esclavismo y los siglos de dominio imperialista sobre América Latina.

En sintonía con la recuperación desde el materialismo psiquedélico del acervo teórico de la Escuela de Frankfurt, publico hoy en CTXT esta tribuna sobre la articulación actual del racismo con el deporte y la manera en que debemos empezar a afrontar seriamente el papel que el fútbol ha jugado en la pervivencia y reproducción de la ideología franquista.

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