Publican hoy todos los medios que hemos batido un récord de paro: casi 6 millones de personas no trabajan; el 25% de la población activa, la mitad de los jóvenes. El alarmismo, la conmiseración, el victimismo y otras tonalidades emotivas de lo triste, anegan hoy la infoesfera. Un horizonte sombrío, el colapso económico por toda perspectiva es lo único que se nos ofrece. Sin embargo, leer las cifras del paro únicamente como dato deprimente, como elemento para la desesperación, es el peor de los errores. Y no porque se haya de leer el mundo siempre desde una perspectiva positiva (el pensamiento positivo, sabido es, sólo es útil a la impolitización […]